Por primera vez desde que comenzamos el análisis se hace referencia a la crisis del aceite de colza en un artículo de opinión. Se trata de un editorial de casi media página en el que se tilda al gobierno central de incompetente y además se le acusa de no ofrecer ninguna explicación pública en torno a las causas y responsabilidades, tachándo la situación de "una vergüenza nacional". Además, y también por primera vez se dedica una página entera de la sección NACIONAL informando de tres nuevos fallecimientos y analizando en profundidad por primera vez las causas y consecuencias de la intoxicación.
Reseña 1: El editorial titulado ¿Muertos de tercera?, debido a que la gran mayoría de fallecidos por el consumo de aceite adulterado pertenecen a una clase social baja, arremete contra el gobierno de Calvo Sotelo tachándolo de impasible e incompetente. Con la Constitución en la mano, y haciendo mención de los artículos que protegen el derecho a la vida de todos los españoles y recalcando que compete a las autoridades públicas "organizar y tutelar la salud a través de las medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios" (Art. 43), se acusa al gobierno de permanecer inmóvil ante tales hechos y permanezcan difusos a la hora de reconocer responsabilidades o exigirlas. Se pregunta también por la competencia del control de los aceites adulterados y recalca un vacío administrativo en el gobierno que es síntoma de ineptitud, o por la lentitud para descubrir el origen de las muertes, o por qué llamarla epidemia cuando realmente era una intoxicación. En definitiva, el diario exige que los responsables salgan a la luz y que paguen por sus crímenes, ya que en definitiva es responsabilidad del gobierno y si el gobierno no responde, deberá pagar las consecuencias.
Reseña 2: En la sección NACIONAL y a toda página el diario aborda de nuevo la crisis del aceite, con el titular "Tres personas más han muerto en Madrid intoxicadas por aceite adulterado" se reabre el debate sobre la actuación del gobierno y sobre las medidas tomadas para frenar el número de fallecidos. El artículo en este caso, va acompañado de una imagen del Centro de Alimentación y Nutrición de Majadahonda, en el que podemos observar numerosas muestras de aceite. Esta imagen da a entender que la situación ha desbordado a las autoridades y que las muestras se "apilan" a la espera de ser analizadas. Al comienzo del artículo se menciona que un portavoz del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social achaca las nuevas intoxicaciones con el caso omiso de la población de dejar de consumir dicho aceite. Desde el diario, y transcurridos ya cincuenta días de la llamada neumonía atípica, se preguntan de nuevo si los responsables sanitarios no abordaron correctamente el tema y no analizaron convenientemente todas las posibilidades, ya que no se buscó identificar el agente causal de la epidemia, sino tratar de manera inmediata a los afectados. Además inciden en el hecho de que ya en los primeros análisis la ausencia de agentes patógenos revelaba parte del enigma, y aun sin descartar un virus o una bacteria desconocidos, existía cierto escepticismo entre los analistas de que se tratase de una epidemia viral. El artículo continua en relación al ladillo "Ni epidemia, ni neumonía", en la evolución de cara a la población que sufrió la ahora denominada crisis del aceite de colza, y cómo gracias a los esfuerzos del Dr. Tabuenca llegó a determinarse que se trataba de una intoxicación por el consumo de un cierto tipo de aceite desnaturalizado. Una vez más se deja entre ver, que la actuación de la administración pública no fué la correcta, y que por ello se están sufriendo las consecuencias.
Reseña 3: Como anexo a este artículo aparecen las declaraciones del por aquel entonces secretario de Estado para la Sanidad, Sánchez Harguindey recogidas en la HOJA DEL LUNES, y en las que desvincula al gobierno como responsable de la venta ilegal del aceite a granel. Además incide en que el gobierno ha tomado las medidas necesarias para que la población deje de consumir este aceite mediante comunicados, (prensa, radio, televisión...), y en último término no asegura al cien por cien que la enfermedad esté producida por una partida de aceite en mal estado, por lo que el gobierno todavía no ha emitido una declaración oficial. Por si quedaba alguna duda, la incompetencia del gobierno queda enmarcada con las declaraciones del señor Sánchez Harguindey, que en lugar de reconocer responsabilidades, optó por echar balones fuera.
Reseña 4:Es importante indicar que mientras esta situación de crisis alimentaria desbordaba al gobierno, otra crisis de carácter médico también propició el "desastre de la colza". La huelga de médicos no ayudaba ni mucho menos a que la situación mejorase, y además como podemos leer en el articulo adyacente, los médicos amenazaban con radicalizar la huelga, si no alcanzaban un acuerdo con la Secretaria del Estado para la Sanidad.
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