En el periódico del jueves 25 de junio de 1981, tras dos días en los que el seguimiento de la crisis del aceite de colza fue "aceptable", el diario parece dejar de nuevo a un lado el "culebrón " del aceite para hacerse eco de otras noticias. Sin embargo, en el apartado OPINIÓN hemos encontrado una pequeña referencia en un artículo titulado "The Spanish horror show", un título que a nuestro juicio le viene que ni pintado. En dicho artículo el periodista Pedro Altares, hace una reflexión sobre el panorama socio-político de la época, y comenta como la democracia ha transformado al periodista en un "acusador" del sistema que defienden a capa y espada, pero no por ello a de ser tratado con diligencia y menos cuando la capacidad del gobierno se transforma en incapacidad y las limitaciones en impotencia. El periodista concluye diciendo que en una democracia incipiente como la nuestra las críticas no deben convertirse en actos de descalificación, sino en actos que fortalezcan lo que se quiere defender ante la opinión pública. Si aplicamos estas reflexiones al tratamiento de la crisis del aceite de colza, podemos distinguir dos tipos de medios: aquellos que culpan al gobierno ante todo y buscan crear polémica, y aquellos medios que buscan esclarecer lo sucedido, para encontrar a los verdaderos culpables, sean quienes sean.
jueves, 20 de diciembre de 2012
EL PAIS 25/6/1981
EL PAIS 25/6/1981
En el periódico del jueves 25 de junio de 1981, tras dos días en los que el seguimiento de la crisis del aceite de colza fue "aceptable", el diario parece dejar de nuevo a un lado el "culebrón " del aceite para hacerse eco de otras noticias. Sin embargo, en el apartado OPINIÓN hemos encontrado una pequeña referencia en un artículo titulado "The Spanish horror show", un título que a nuestro juicio le viene que ni pintado. En dicho artículo el periodista Pedro Altares, hace una reflexión sobre el panorama socio-político de la época, y comenta como la democracia ha transformado al periodista en un "acusador" del sistema que defienden a capa y espada, pero no por ello a de ser tratado con diligencia y menos cuando la capacidad del gobierno se transforma en incapacidad y las limitaciones en impotencia. El periodista concluye diciendo que en una democracia incipiente como la nuestra las críticas no deben convertirse en actos de descalificación, sino en actos que fortalezcan lo que se quiere defender ante la opinión pública. Si aplicamos estas reflexiones al tratamiento de la crisis del aceite de colza, podemos distinguir dos tipos de medios: aquellos que culpan al gobierno ante todo y buscan crear polémica, y aquellos medios que buscan esclarecer lo sucedido, para encontrar a los verdaderos culpables, sean quienes sean.
En el periódico del jueves 25 de junio de 1981, tras dos días en los que el seguimiento de la crisis del aceite de colza fue "aceptable", el diario parece dejar de nuevo a un lado el "culebrón " del aceite para hacerse eco de otras noticias. Sin embargo, en el apartado OPINIÓN hemos encontrado una pequeña referencia en un artículo titulado "The Spanish horror show", un título que a nuestro juicio le viene que ni pintado. En dicho artículo el periodista Pedro Altares, hace una reflexión sobre el panorama socio-político de la época, y comenta como la democracia ha transformado al periodista en un "acusador" del sistema que defienden a capa y espada, pero no por ello a de ser tratado con diligencia y menos cuando la capacidad del gobierno se transforma en incapacidad y las limitaciones en impotencia. El periodista concluye diciendo que en una democracia incipiente como la nuestra las críticas no deben convertirse en actos de descalificación, sino en actos que fortalezcan lo que se quiere defender ante la opinión pública. Si aplicamos estas reflexiones al tratamiento de la crisis del aceite de colza, podemos distinguir dos tipos de medios: aquellos que culpan al gobierno ante todo y buscan crear polémica, y aquellos medios que buscan esclarecer lo sucedido, para encontrar a los verdaderos culpables, sean quienes sean.
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